miércoles, 17 de octubre de 2012

La pradera de San Isidro (1788) es una de las obras más comentadas y valoradas de Francisco de Goya. Se trata de un boceto pintado para una serie de cartones para tapices destinados a la decoración del dormitorio de las infantas del Palacio de El Pardo. Con la muerte de Carlos III el proyecto quedó inacabado, y el cuadro, que iba a medir siete metros y medio de longitud, quedó en este delicioso apunte. El cuadrito pasó a propiedad de los duques de Osuna hasta 1896, año en que fue adquirido por el Museo del Prado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario